25.6.08

Tan fácil


Voy a relatar los hechos según han ocurrido, en orden cronológico, así sin más.

Mi pelo ha tenido siempre una tendencia a estar más mono sólo cuando no está totalmente limpio, sino casi-limpio, es decir limpio desde hace uno o dos días. Totalmente limpio y sin pasar por peluquería ni secador – algo que intento evitar a toda costa ya que detesto ambos – es un pelo extraño y que siempre llevo en una coleta.

Un día MyMan decide que quiere tener moto. A mí me dan los siete males, tenemos siete broncas y decido que si él va a hacer lo que le dé la gana, yo también. Así es como nuestro perro llegó a casa. Y con él la moto. Y con la moto un casco para cada uno.

La moto de MyMan genera una necesidad profunda en varios amigos que inmediatamente se hacen con otra.

Uno de ellos tiene el pelo un poco como yo – pero más corto -. Ondulado, rizado según el día, según el aire. Nos reímos de él porque cuando va en moto se le queda aplastado y parece un poquito raro.

El miércoles pasado me monté en la moto con MyMan para ir a ver el partido con unos amigos y cuando llegué me dice una amiga. “Qué mono tienes el pelo hoy”. Hilo los hechos y deduzco que el casco ha conseguido que mi pelo se deslimpie un poco, lo justo para que el pelo esté mono y le respondo: “Es el casco”. A ella se le ocurre una brillante idea: “Pues para la boda del sábado te podrías poner el casco un rato porque lo tienes ideal”. Yo me río, pienso que me tengo que lavar el pelo el viernes para no llevarlo demasiado limpio ya que no me imagino a mí misma paseando con el casco puesto por mi casa.

Pero no todo el monte es orégano – es que me encanta esta frase – y el viernes me baño en la piscina. Luego se me olvida que me tengo que lavar el pelo para la boda y, oh dios mío, no me queda más remedio que lavarme el pelo el sábado por la mañana.

Cuando ya lo tengo casi seco, haciendo la maleta, con muy poco tiempo por delante y después de mirarme de refilón en el espejo, decido que voy a probar lo del casco. Quién sabe, a lo mejor descubro la utilidad del siglo al casco de moto – aparte de salvarle a uno la vida, por supuesto -. Y es así como acabo terminando de hacer la maleta con el casco puesto. Milagro. Cinco minutos y el pelo me ha quedado justo como quería que me quedara.

Todavía no me lo creo, he encontrado por fin la forma de llevar el pelo mono sin aburrirme en la peluquería o gastarme fortunas. Eso sí, es un poco complicado llevármelo de viaje en avión. Me imagino al policía: “Es que el casco se puede considerar un arma letal… Puede usted ponérselo y darle un cabezazo al piloto…”. Y yo, “Pero señor, que este es mi secador particular. No puede usted dejarme así con el pelo sin control. Además, ¿me imagina usted dándole un cabezazo a alguien?”.

24.6.08

Mala hierba


Ella: “Hay muchas malas hierbas en la terraza que están creciendo muchísimo. No sé si quitarlas. Me dan un poco de pena. Tú como agrónomo, ¿qué me aconsejas?”

Él: “¿Quitarlas todas y ponerlas de plástico?”


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En un chiringuito de una playa:

Un hombre a otro hombre: “¿Me dejas el rotring?”

Otro hombre: “Sí, claro”

Segundos después otro hombre comprueba, estupefacto, para qué quería Un Hombre el rotring. Con la punta se estaba sacando restos de comida de entre dos muelas.

………………………………..en fin………………………………


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Otro Hombre: “Me duele la nariz por dentro”

Ella: “¿La nariz? ¿Por dentro? ¿Cómo puede ser?”

Otro Hombre: “Es que tenía un moco reseco y pegado y al quitármelo tiré con mucha fuerza llevándome varios pelos de la nariz y me hice sangre. ¿Nunca te ha pasado?”

Ella: “No…”

16.6.08

Ring Ring


Los móviles, mi gran punto débil. He tenido mil. Los hay que cayeron cientos de veces y aún siguieron funcionando. Otros rebotaban tras ser lanzados – sin querer – a un montón de kilómetros por hora. Algunos se quedaron en un taxi. Otros volaron sin paracaídas y aún así sobrevivieron. Los hay que cayeron a las profundidades del mar o de sitios peores. De alguno simplemente me harté.

El último se ha quedado en un avión. Ahí estará solito y desconsolado, esperando a que vaya a buscarlo sin saber que en breve será sustituido por otro y él nunca será rescatado. Condenado a ser el teléfono de algún suertudo con ganas de usucapir. ¿Habéis usucapido vosotros/as alguna vez? Yo sí, sin mala fe, por supuesto. Para los que no lo sepan, usucapir es una figura juridica que legaliza y premia la posesión continuada de algo con la propiedad. Requiere más tiempo si es con mala fe y si son bienes inmuebles pero aunque los plazos no los recuerdo muy bien tengo la ligera idea de que eran unos treinta años si era con mala fe y bienes inmuebles, algo que siempre me impresionó mucho y es que cuando estudiaba esta figura en la facultad me entraban ganas de ponerme a usucapir todo aquello que no pareciera que tuviera dueño. Pero claro, da mucha pereza irse a cualquier campo, vallarlo y ponerse a intentar usucapir a ver qué pasa. Durante treinta años estás con la incertidumbre de si lograrás usucapir o no, si cualquier día alguien te reclamará algo y echará al traste tu plan – es que tienen que ser treinta años de posesión continuada y sin violencia -.

Mi gran propiedad usucapida son unos libros de Astérix de los que fui propietaria mucho antes de saber lo que era la usucapión. Todavía cuando los veo me acuerdo de la niña que me los prestó y de lo que pensará ella cuando ve mis libros que ya no son mis libros dado que ella los ha usucapido y ahora son suyos. Un nexo estúpido pero que me hace acordarme de ella de vez en cuando.

6.6.08

Maleta va, maleta viene



Tengo mucho trabajo. Tengo mucha alergia. En principio a partir del domingo seré más persona. Mañana me toca hacer maleta. Lo odio. O pienso todos los conjuntos por adelantado - lo cual me da una pereza terrible - o luego cuando llego a mi destino y empiezo a vestirme, al tercer día no cuadra nada con nada. Si me pasara como a un amigo que no sabía que los colores se combinaban, sería mucho más fácil.