28.3.08

Libertad para amar y para odiar


Adoro:

La paella
El gazpacho
Bañarme en la piscina, en una playa limpia
Llevar la ventanilla bajada en el coche cuando es primavera
Los ríos con verdes orillas
Los boquerones en vinagre
Los chanquetes – aunque estén prohibidos -
Respirar profundo
El sol
La vida
Los abrigos
Beber un buen mojito
Los castillos de arena
Andar descalza
Ducharme
Las hojas verdes
Las flores blancas
El cielo

Detesto:

El queso azul
El mal olor
Encontrarme mal
La falta de tiempo
El egoísmo
La gente que no es sincera consigo misma
El miedo
Las pesadillas
Que todo pase tan rápido
La gente vaga que primero pregunta y nunca piensa

Y sobre todo detesto a la gente que piensa que por llevar un bolso IT son fashionistas, que por llevar una tendencia, van vestidas bien, que por comprar el VOGUE pueden opinar sobre moda (qué bien lo ha expresado
Ana Ureña en este post). Por dios, cuánto mal ha hecho la “democratización de la moda” y que “la moda esté de moda”. Señores, Señoras, hay que destilar estilo antes de empezar a leerse el VOGUE. No por leer el VOGUE se va a tener estilo.

Por tanto, para quien quiera ir a la moda en plan bien, que primero se empape de belleza atemporal, que empiece por los básicos y luego vaya añadiendo discretamente elementos. Porque un exceso de tendencias en una misma persona resulta abrumador – hay que dejar sitio y espacio para encajar el impacto-, no se puede aturullar la mente del visionante con tanta información porque entonces pareces una cacharrería y la moda tu elefante particular. Hay que fijarse en las pasarelas. Los diseñadores destacan algo, no lo mezclan todo como si la vida se acabara mañana y tuviéramos que estrenar las cien prendas que nos compramos ayer. Eso sí, si lo que te gusta es esa imagen excesiva, entonces genial. Todo el mundo tiene que ir como de verdad le gusta y esté a gusto. Lo malo es cuando uno fuerza un estilismo buscando un fin concreto del que al final no se reconoce la esencia.

27.3.08

Options


Estoy pensando en cerrar el blog. La verdad es que cuando empecé a escribir un blog lo hice con el único propósito de, si tenía éxito, sacarme un dinerillo con la publicidad. Entonces se me ocurrió hacer una especie de “serie-culebrón” en un blog de Alejandra, una niña mona y buena que tuviera algún problema sentimental. Así nació “La historia de Alejandra” y la fui escribiendo día a día, sin pensar en cómo iba a acabar. Escribía cada día lo que se me ocurría y aunque su público fue fiel, fue bastante minoritario. Creo que se reducía a unas cinco amigas mías.

Cuando terminó Alejandra, decidí escribir un blog sobre cualquier cosa, más tipo BLOG, que lo anterior. Y la verdad, tengo mis visitillas, pero creo que no va a triunfar. Lo único que hago es escribir lo que se me ocurre. No es que me importe no triunfar, que me parece accesorio, es que no cumple la función original que yo pretendía darle al blog. Y, además, si encima de tener pocas visitas, casi nadie me hace comentarios, pues esto parece más el desierto del Sahara en pleno agosto. Yo creo que esto no acaba de funcionar porque no acabo de caerle bien a la gente. Claro que esto no me extraña. En la vida real me pasa un poco lo mismo. Todo el mundo se piensa que soy una borde hasta que nos conocemos un pelín mejor y ven que en realidad soy muy mona y muy simpática. Pero en el mundo este blogueril parece que las cosas no funcionan de la misma manera… En fin, creo que podré vivir soportando esta cruz.

Así que estoy pensando en cerrar el rinconcillo este, más mono que otra cosa, pero absolutamente inservible, por otro lado.

Pero claro, me gustaría sustituirlo por otro, a ver si a la tercera va la vencida, y acabar como la abuelita de noventa y pico años, saliendo en los periódicos.

24.3.08

Atormentados sin remedio

Siguiendo el ejemplo de mi cada vez más adorado NadaImporta y copiando descaradamente la idea de Maika, voy a proceder a hacer mi propia y particular “Guía de Hombres Poco Recomendables”.

Y voy a empezar por el que parece más inofensivo de todos. Una se piensa cuando se encuentra con él que le tiene que cuidar y que si alguien saldrá lastimado de esa relación será precisamente él. Porque él es un hombre que parece inofensivo. Con la autoestima tocada y normalmente salido de una relación tormentosa en la que ella le vapuleaba y le machacaba a gusto. Y entonces se nos puede encender ese instinto de protección que todo ser humano tiene dentro de sí y nos disponemos a reconstruir esos pedacitos de persona que nos hemos encontrado, a cuidarle y mimarle para que su ego mejore, se haga fuerte y podamos verle tal y como es. Pero, ERROR, ese tipo de ser acomplejado, sin saberlo, no puede tener una relación igualitaria. Necesita de una mujer que le ordene y le fustigue, que le mande y le rebata, que no le permita que su ego esté entero. Este tipo de hombre aplastará a cualquier mujer que le intente ayudar a tener un ego completo, no soporta a una mujer que le admire, necesita todo lo contrario, es un atormentado sin remedio.

Si vais a ser capaces de estar toda vuestra vida maltratando al hombre que queréis, este es el hombre adecuado para vosotras. Para el resto, mejor absteneos ya que cuando tenga el ego reconstruido os dejará y se buscará a otra bellaca que le dé la guerra sucia que le mola. Así que, ya sabéis, si os encontráis con un tío que sale de una relación duradera con una tía que le maltrataba, de la que ha aguantado carros y carretas, mejor olvidadlo.

12.3.08

Dar y tomar


La vida es un continuo dar y tomar. No se puede sólo dar. No se puede sólo tomar. Al que sólo da generalmente se le acaba tomando el pelo. Y al que sólo toma se le tilda de egoísta y avaro.

Y esto vale para todo. No sólo para lo material. También para las relaciones, el trabajo, etc. Si tu tienes un amigo que sólo te pide y te exige pero cuando tú le necesitas nunca está ahí, acabas cansándote de él y le mandas a freír espárragos. En el lado opuesto, si tú te desvives por tu amigo, nunca pides nada a cambio, todo lo que haga mal lo aceptas sin rechistar, te acabará tratando mal. La naturaleza es así. La mayoría de la gente aceptará llevar tus límites hasta donde tú los pongas. Poca gente hay en el mundo que no necesita que el de enfrente le ponga los límites.

Con las relaciones amorosas pasa lo mismo. Los límites los tienes que establecer tú. Si dejas que los establezca el de enfrente, acabarás por los suelos. Y de la misma manera, igual que tu pareja te da cosas, tú le tendrás que dar también. Si no se cansará de ti. Especial mención aquí para los/las que se enamoran siempre de hombres/mujeres imposibles totalmente fuera de su alcance. No sólo te tienen que llenar ellos/as a ti, tú también les/las tienes que llenar.

Si llevamos el tema al trabajo, es también bastante curioso. En la mayoría de las empresas españolas, si no pides aumento de sueldo, no te lo dan (aquí es donde va la famosa frase de “quien no llora, no mama”). Pero a veces es más extraño aún: si dices que has encontrado un sitio mejor para trabajar, te ofrecen doblarte el sueldo. ¿Significa eso que hasta entonces la empresa le ha estado tomando el pelo al trabajador? La empresa debería pagarle al trabajador lo que cree que vale, no lo mínimo imprescindible.

Desde el punto de vista más materialista, el de los regalos, no podemos estar siempre regalando y no recibir regalos nunca. Y, obviamente, no podemos estar siempre recibiendo regalos y no hacerlos nunca. Aunque he de confesar que alguna vez he recibido algún regalo de alguna persona no esperada y no sé cómo corresponder. ¿Con otro regalo? Sería lo suyo, pero siendo una persona lejana, me resulta algo violento de repente soltarle un regalo. No sé, es extraño. Si meditamos un poco sobre los GRANDES REGALOS, es decir los regalos de boda, en realidad los regalos son una forma estupenda de ahorrar. Cada vez que hay una boda, hacemos un regalo. Después de miles de bodas seguidas, sentimos que con tanta celebración del amor nosotros nos vamos a acabar arruinando. Pero luego llega el momento de nuestra boda, lo celebramos, y todo el mundo nos hace un montón de regalos que más o menos se equipararán con aquellos que hemos hecho hasta ese momento + todos los que nos quedan por hacer. Lo malo es si no nos casamos. Llegada una edad, habría que hacer una fiesta de soltería para celebrar una vida plena en la que la gente nos hiciera regalos como si nos hubiéramos casado. Claro que si encuentras el amor después de la fiesta de soltería, ya no tendrías más derecho a regalos.

P.D.: Súper-J, te juro que no me olvido de tu regalo de boda.