28.2.07

Horas intempestivas


Dentro de unas horas tengo que estar en el aeropuerto. Me tengo que levantar a las siete menos cuarto de la mañana. Odio madrugar tanto. No se me da bien, me levanto de mal humor y estoy todo el día alelada. Y todo por necesidades repentinas y extrañas del trabajo que no acabo de entender. Normalmente cuando me pasa algún tipo de inconveniencia suelo pensar que es para bien. Porque fijándome en esos días en que me olvido la cartera en casa o se me cae algo que tengo que recoger cuando voy mal de tiempo me doy cuenta de que siempre suele servir para algo mejor, como por ejemplo al ir a buscar la cartera veo que se me había olvidado llevarme eso tan importante para ese día en el trabajo.

Así que quiero creer que mi viaje innecesariamente a intempestivas horas servirá para algo aunque no lo pueda saber todavía. Porque sólo de pensar en lo feliz que estaría yo cogiendo el avión de las ocho de la tarde, me dan ganas de tirarme de los pelos. Con lo que a mí me gusta dormir… Si es que creo que para mí no existe un placer mejor que dormir. Soy tan feliz durmiendo. No entiendo a esos que dicen que dormir es perder el tiempo. Para mí es una gran inversión. Y la de esta noche me la han quitado.

26.2.07

¿?


Me acabo de enterar de que Portia de Rossi y Ellen DeGeneres son novias. Ellen siempre sale con mujeres muy guapas. Hace años salió con Anne Heche, quien era heterosexual hasta que conoció a Ellen. Después de su idilio volvió a salir otra vez con hombres. Ellen DeGeneres no es especialmente guapa así que debe tener una personalidad arrolladora. No debe ser tan fácil convencer a un/a heterosexual para probar la homosexualidad. Además, aunque Portia de Rossi ya fuera lesbiana, dejó a su anterior novia, Francesca Gregorini, cantante e hijastra de Ringo Starr, por Ellen, incluso habiendo planeado ya su boda juntas. Hay que reconocer que es mucho más guapa Francesca que Ellen. Y aunque no todo en la vida es ser guapo, generalmente los guapos/as se juntan con guapos/as. Si lo puedes tener todo, ¿por qué renunciar a parte?

----------------------------------------------------------------
José Ortega Cano me da pena. Es una tristeza que se haya quedado viudo. Pero más pena me dan sus hijos pequeños a los que convence de que lo mejor es que hablen con Rocío Jurado por la noche. De hecho él lo hace cada noche. Y ella le ha dicho que está muy contenta con su vuelta a los toros (visto en el “Magazine” de “EL MUNDO”). Algunos se extrañarán más adelante cuando a los pobres niños, ya adultos, les diagnostiquen esquizofrenia.

-----------------------------------------------------------------

Muy graciosa Victoria Beckham posando para los fotógrafos en la fiesta que "Vanity Fair" ofreció después de la entrega de los Óscars. Una pena que nadie lo haya colgado en You Tube.

-----------------------------------------------------------------

Hoy he leído en ese genial periódico que es “Qué” que los actores supervivientes de “Aquí no hay quien viva” que se van a la “secuela” de Telecinco no sobreviven como personajes, sino sólo como actores. Así, Fernando dejará de ser gay. Esto no puede ser.

-----------------------------------------------------------------

Enhorabuena a Penélope Cruz por su elección. Cuando lo hace bien, tenemos que reconocerlo. Sin embargo, mi adorada Kirsten Dunst iba horrible. Ese vestido con ese escote absurdo, por muy Chanel que sea, no creo que le quede bien a nadie. Tampoco a ella. Y el flequillo no le favorecía demasiado.

-----------------------------------------------------------------

Vistiéndonos


La forma de vestirse es un reflejo del alma, deja al descubierto mucho de nuestra personalidad, sigamos o no las tendencias. Todo el mundo elige su vestuario de acuerdo a unos principios, a una forma de ser y a una forma de enfocar su vida. Todavía no he conocido a nadie que no transmita quién es por su ropa. Hasta la persona que más pasa de la ropa, lo dice todo con lo que se pone. Tengo un amigo que va rebuscando en las basuras y encuentra las chaquetas más viejas, roídas y con más bolas del universo. Claro que a él le quedan muy bien porque es muy atractivo y como es escritor lo suyo es que lleve un look bohemio. Él quiere vender la imagen de que le da tan igual la ropa que se pone lo primero que pilla. Pero si no tiene pinta de ser de un mercadillo y no le da un aire retro, no se lo pone. Es decir, que si en el cubo de la basura se encontrara una camisa de Polo Ralph Lauren con el caballito, bien guardada en una bolsita y nuevecita, no se la llevaría. Lo cual prueba que la ropa no le da igual, que aquello que se pone tiene que enseñar a la gente que le da igual lo que se pone, aunque no sea cierto.

Por eso no me gusta la gente que acusa a la moda de ser superficial. Porque todos, absolutamente todos, transmitimos algo con nuestra forma de vestir. Y el hecho de que unos sigan unas tendencias no les hace ser simples ni superficiales. Y muchas veces a la moda se la acusa de generar necesidades vacías, incluso de tomar el pelo a la gente. Pero la moda hace lo mismo que todas las demás industrias: publicitar sus productos para vender más. Si los quieres los compras y si no, no los compras. Nadie te obliga. No puedes culpar a la industria de la moda de comprarte ese bolso de mil euros cuando no tienes dinero. Igual que no puedes culpar a la industria del motor de comprarte un coche que no necesitas. El problema lo tiene cada uno, ya que todos somos responsables de nuestros actos. Todos tenemos que guardar un equilibrio entre lo que ganamos y lo que gastamos y si lo rompemos, no será la sociedad la culpable por fomentar un consumismo excesivo, sino que seremos nosotros los que tendremos que asumir las consecuencias de nuestros actos por no saber contener nuestros impulsos. Respecto a lo de tomar el pelo a la gente, antes de que existieran las grandes marcas que parece ser nos tienen sorbido el seso, también existía la moda. Desde que el hombre es civilizado existe la moda. Desde Egipto a Grecia y Roma hasta la Edad Media y hasta nuestros días, los hombres y mujeres se han vestido de determinada forma según la época en la que vivieron y siguiendo las pautas que les marcaba su condición social. Ahora la moda es también un negocio, como todo ya en este mundo capitalista, del que, no lo olvidemos, viven miles de personas en el mundo entero.

Patinando

22.2.07

La Biblia


No puede ser. No puede ser que a alguien se le haya ocurrido la frase "La Biblia de la moda para las mujeres reales" y que haya acabado en la portada del suplemento especial de colecciones para Vogue del mes de marzo. Primero, por autodenominarse “La Biblia”. No es nada guay echarse flores a uno mismo. Uno debe saber escuchar los piropos con gracia y agradecerlos (no vale hacer como si no lo has oído y menos todavía recibirlos como si fueras un palo seco). Pero, sobre todo, uno no debe autopiropearse. Obviamente, salvo que sea en broma. Pero no creo que la directora de Vogue España haya puesto la frase en plan cuántonosvamosareír. Y esto a pesar de que efectivamente en todo el mundo Vogue sea conocido como “La Biblia de la moda”. Porque una cosa es que millones de personas digan “qué estilo y cómo marca tendencia Kate Moss” y otra muy diferente sería que ella dijera públicamente: “voy siempre guapísima y todo lo que llevo se convierte casi inmediatamente en tendencia”. En segundo lugar: ¿para las mujeres reales? ¿Y cuáles son las mujeres reales que se pueden vestir con la ropa que ellas sacan? Si tuviera que vestirme un solo día con lo que me propone Vogue ya no tendría para comer en todo el año. Y es que para llevar el bolso de Chanel, los shorts de Chloè, la camisa de D&G y los zapatos de Prada no puedes ser una mujer real, sino una de esas pocas que están (o ellas o sus maridos/novios/padres/madres) muy por encima de la media en cuanto a situación económica. Y si efectivamente querían sacar un número para las mujeres reales tendrían que haber prescindido prácticamente del todo de las grandes marcas y haber sacado casi todo de Zara, Blanco, H&M, Topshop, Mango, de tiendas de segunda mano, mercadillos, incluso de Carrefour. Eso sí, con toques de grandes marcas. Casi todas nos volvemos locas de vez en cuando. Y es que con ese mix, uno/a puede ir guapísimo/a, perfecto y estupendo. Es verdad que la ropa cara ayuda (hay que reconocer que no queda igual, la calidad de la tela no tiene nada que ver y en diseño son muy superiores), pero no es consecuencia necesaria de ir mona, haberse gastado una pasta. Igual que no es necesaria consecuencia de haberse gastado una pasta, ir mona. Afortunadamente, por otro lado. Conozco a una persona que dice que uno de sus grandes placeres semanales es comprar el Hola y ver las casas horribles de la gente que tiene mucha pasta pero ningún gusto. Le consuela mucho ver que a pesar del dinero no son capaces de apreciar la belleza, ni tan siquiera cuando la tienen más al alcance que la media.

Pero hay que reconocer que la misión de las revistas es simplemente proponer looks, ideas. Sería absurdo que comprásemos exactamente el conjuntito que publican. Pero si van a poner grandes marcas que no digan que es para mujeres reales. Porque en todo caso será para muy pocas mujeres y para inspirar a las mujeres reales, que no es lo mismo.


(¿En los países islámicos dirán “El Corán de la Moda”?)

21.2.07

Elefantes


Gracias a The Cool Hunter por ofrecernos esta fotografía de la página web de Petersham Nurseries, un sitio en Reino Unido donde venden antigüedades, mantelería, mobiliario de jardín, y donde también puedes cenar. Quiero ir ya.

Vudú


¿Alguien me está haciendo vudú? Me parece imposible que de un abrigo de repente salga un alfiler. Sí, sí, desde dentro, la cabeza del alfiler dentro del foro y le punta para fuera. ¿Ese alfiler lleva viviendo en mi abrigo desde que lo compré y ahora se ha decidido a ver la luz o es que alguien me ha cogido manía y se está adiestrando en las artes ocultas? El novio de una amiga estaba convencido de que sus vecinos le estaban haciendo vudú y les congeló. Parece ser que desde entonces no le ha pasado ninguna desgracia más. Lo del abrigo, que ha sido muy simbólico, es el último de los avisos. El primero fue la caída repentina de un armario de mi cocina con toda la vajilla y cristalería. Gran estruendo. Cuando todavía no sabía qué había pasado y sólo había oído el ruido, estaba segura de que tendríamos que salir corriendo, que había explotado un conducto de gas y que el edificio iba a volar por los aires. Esto fue el domingo. Ayer por la noche, lunes, se cayó la cortina de la habitación. Cierto es que el perro estaba durmiendo encima de la parte que estaba en el suelo, pero si unimos todos los datos...

¿Y a quién congelo yo si no sé quién puede ser? No se me ocurre quién pueda estar haciéndome vudú. Bueno, ahora que hago un repaso mental, me acuerdo del portero de mi oficina al que le he declarado la guerra dialéctica. He decidido que no tengo por qué saludarle si él no me saluda nunca. Y puede que, debido a su cabeza absurda y desamueblada, haya decidido hacerme vudú. Qué absurdo.

A gritos no se entiende la gente


Me dirijo a recepción a buscar una cosa. Una trabajadora, dos despachos más allá, se pone a gritarme algo del trabajo desde su mesa. Entre que es brasileña y no domina el español y la distancia que hay entre nosotros no entiendo nada. Le digo: "No te oigo". Empieza otra vez a gritar. Repito: "No te oigo". Esta vez, mucho más alto y claro, dice: "¿No puedes acercarte?". Respondo: ¿No puedes acercarte tú que eres la que me estás hablando?". Responde: "Pues entonces nada" mientras gira la cabeza hacia la pantalla de su ordenador. Yo me doy la vuelta y me vuelvo a mi sitio.

20.2.07

Atropello con una bici


Mujer: “Me han contado que el otro día te atropelló un chino con una bici en Valencia.”

Hombre: “Bueno, no sabes, exasperante, no fue en Valencia, fue en un pueblo de Valencia, en un polígono industrial.”

Mujer: “Pero por allí no debía haber mucha gente, ¿no?”

Hombre: “No, estaba casi vacío. Estaba ya hasta los huevos del pueblo de Valencia y me quería volver a Madrid a descansar y un día llego al aparcamiento de dónde iba, dejo el coche, y de repente, ¡pumba!, un chino me atropella.”

Mujer: “Pobre tú…”

Hombre: “Me fui al suelo, yo casi llorando, harto del pueblo de Valencia, llamé a mi madre en plan “Mamááááá, que me han atropellado con una biciiiii”. Y mi madre flipada claro, diciéndome que sólo a mí me podía atropellar una bici. No sabes el cardenal que tenía la semana pasada.”

18.2.07

La vejez


Había una pareja de cuadros en casa de mi abuela que siempre me impresionó muchísimo. En uno aparecía una mujer joven, desnuda, en posición sensual, en tonos ocre. El otro era en tonos grises y era la misma mujer con muchos más años, con cara cadavérica y sentada en una silla de ruedas. Desde pequeña me ha impactado esta dualidad. Y después de un tiempo sin preocuparme mucho por la vejez, vuelven a asaltarme pensamientos sobre lo poco que me apetece ir madurando y que las arrugas y el mal funcionamiento se vayan instalando en mi cuerpo y en mi cara. Una de las cosas que más me horripila es no saber asumir la edad de uno. De momento puedo seguir jugando con la moda y atreverme con locuras que dentro de unos años me parecerán poco adecuadas para mi futura edad. O eso espero, que me parezcan inadecuadas y deje de hacerlas porque aunque lo más importante es que uno esté a gusto, me parece terriblemente patético ver a mujeres que ya no tienen edad con ciertos atuendos más propios de una niña de veinte años. Porque una con cualquier edad se puede vestir fenomenal, con elegancia y con clase, incluso queriendo ir rara, estrafalaria o diferente, pero también es muy fácil cruzar esa delgada línea del buen gusto y que la gente se extrañe al mirarte. No quiero ser una de esas mujeres mayores que la gente mira de reojo. Ni tampoco quiero ser una de esas que van con tirantes mostrando su piel irremediablemente estropeada. ¿Soy una carca mental?

Y mientras pienso en cómo conseguir que mi vejez sea lo más digna posible, el tiempo va causando sus estragos y poco a poco voy acercándome al momento de la inexistencia material. Y aunque sea imposible parar el tiempo y racionalmente sea capaz de asumir que cada etapa de la vida tiene su momento y que tan inherente a la vida es el nacimiento como lo es la muerte, soy incapaz de verlo con naturalidad. No puedo evitar querer que las arrugas se olviden de mí y que mis órganos vitales no se me vayan estropeando con el tiempo. ¿Para cuándo “Un mundo feliz” en el que la vejez no exista? Por lo menos nos ahorraríamos uno de los tragos. Sé que a la muerte no podemos renunciar por un simple problema de espacio. Pero a la vejez sí que podemos saltárnosla. ¿O no? No poder distinguir si ese hombre que te parece genial tiene ochenta o treinta tiene que traerte problemas, ¿no? Pero bueno, también nos trae problemas el que miente sobre su salud y no te cuenta que tiene una enfermedad incurable y contagiosa.

16.2.07

Las brujas pirujas


Las brujas pirujas son feas de espíritu y eso se nota. Las demás mujeres lo notan y en cuanto ven una se ponen en alerta y todos sus sentidos se agudizan. Por esta razón las brujas pirujas o no tienen amigas o sus amigas son igual de brujas pirujas que ellas (quiero que quede claro que no todas las mujeres que no tienen amigas son brujas pirujas – algunas simplemente han tenido muy mala suerte y sólo se han cruzado con brujas pirujas). Las brujas pirujas pueden tener aspecto de buenas, de mujeres de mala vida, de inteligentes o incluso de simpáticas. Esto hace que los hombres sean incapaces de detectarlas. Lo único que ven es el aspecto exterior que muestran. Nunca se dan cuenta de ese destello interior que las demás mujeres con un solo vistazo somos capaces de captar. Alguna bruja piruja muy lista y con muchas dotes interpretativas ha conseguido engañar no sólo a una, sino a varias mujeres a la vez y durante años. No hay que asustarse, la probabilidad de que nuestra amiga sea una bruja piruja es baja. No hay que buscar falsos síntomas de brujopirujismo en todas nuestras amigas.

Síntomas de brujopirujismo:

- Es altamente improbable que te digan piropos el día que tú sabes que estás genial.
- Es posible que te digan que estás guapa ese día en que tú sabes que estás horrorosa.
- Suelen mentir. Al principio se las pilla mintiendo en tonterías, cosas sin importancia. Normalmente la mentira va in crescendo.
- Pasarán por encima de lo que tengan que pasar para conseguir al tío que les gusta. Por supuesto, les dará igual que tú lleves saliendo con él tres meses o tres años.
- Si no son rubias, se suelen echar mechas.
- Les dará igual dejar a las demás mal delante de mucha gente con tal de quedar por encima ella. No siempre lo consiguen, pero lo intentan con demasiada asudiudad.

Hay que tener por lo menos cuatro de estos síntomas para poder empezar a sospechar. Porque hay mujeres normales que pueden ser egocéntricas, egoísta y envidiosas de vez en cuando. Pero sólo la bruja piruja pasará por encima de lo que sea para conseguir su/s objetivo/s.

Los zapatos altos y bajos a la vez


Genial este invento. Los quiero ya. Lo mejor para salir de marcha. Primero vas superideal, con tu modelito y tus zapatos de tacón. Y cuando ya no puedes más y te importa un bledo si el rimel se ha corrido y quieres bailar y bailar, los pones planos. ¿Cómo puede ser una mujer tan lista (o un hombre, pero es que ha sido una mujer) como para tener la brillante idea de imaginar un zapato que se pueda convertir de alto a plano? La mayoría de la gente suele llevar tacones para la noche y planos para el día. Yo lo hago más al revés. Por el día estoy casi todo el día sentada en mi despacho y sólo hago viajes a la fotocopiadora, a la zona de contabilidad, a la cocina…. Sin embargo por la noche me paso la noche de pie, hablando, riendo y bailando. Creo que si este invento tiene éxito y se hacen modelos molongones con él, todos mis zapatos para salir tendrán su patente.

15.2.07

Cupido y San Valentín


Cupido: “¿Tú crees que debería juntar a esos dos?”

San Valentín: “Pues no sé, no tienen mucho en común.”

Cupido: “Bueno, parecen divertirse.”

San Valentín: “Sí, se divierten, en eso tienes razón. Pero sólo hablan de tonterías. No tienen nada en común aparte de la diversión y el sexo.”

Cupido: “Bueno, eso ya es mucho.”

San Valentín: “Sí, pero no suficiente. Cuando se pasen las noches de copas y diversión, cuando la pasión haya que suplirla y alimentarla con amor, cariño, respeto y conversaciones sobre los temas que les interesan, todo se derrumbará. Y lo sabes.”

Cupido: “Y qué. Tampoco es para tanto. Cuando ya no se soporten se separan y ya está. Mientras tanto se lo han pasado fenomenal. Seguro que lo prefieren.”

San Valentín: “¿Se lo has preguntado?”

Cupido: “Sabes que no puedo. De verdad que cuando te pones idiota no hay quien te aguante. Pero si ellos mismos saben que no pegan. Mira la trola que ella le acaba de meter. Que le gusta el cine de autor. Qué bueno. Me muero de la risa. Pero si no sabe lo que significa “cine de autor”. Mira, y ahora el otro se da cuenta de que ella no sabe de lo que está hablando porque ni siquiera sabe quién es Eric Rohmer y hace como si no se diera cuenta. Lo único en lo que piensa es en seguir llevándosela a la cama.”

San Valentín: “Cuando analizas todo desde ese punto de vista tuyo tan frío y calculador no me gustas nada.”

Cupido: “Ya. Pero tengo razón.”

San Valentín: “Y también yo.”

Cupido: “Sí, tienes razón en que no deberían estar juntos. Pero se merecen estar juntos. Por mentirosos y buscárselo ellos solitos. No somos sus papás. Ellos se lo guisan, ellos se lo comen.”

San Valentín: “Les vas a juntar, ¿no? ¿Te da igual lo que yo piense? ¿No vas a darles la oportunidad de mirar a la persona adecuada?”

Cupido: “Ya la perdieron. Ellos mismos se lo han buscado.”

San Valentín: “Ya. Pero me dan pena.”

Cupido: “No pienses más en ello. Piensa en lo bien que nos lo vamos a pasar esta noche cuando terminemos de trabajar. Te quiero.”

San Valentín: “Yo también te quiero.”

14.2.07

Las contraseñas


La intempestiva vida en internet y las nuevas tecnologías me hacen desconfiar algo de la seguridad en las transacciones electrónicas, tanto en la red como en la realidad. Como no voy a dejar de comprar ni de una manera ni de otra (por internet se encuentran chollos y cosas que jamás encontrarías en tu ciudad – en la realidad necesito las tarjetas de débito y de crédito ya que es imposible ser operativa sin ellas) tengo que adaptarme como puedo y suplir esa inseguridad de alguna manera. Mi única, genial y efectiva medida – o por lo menos, eso creo yo – es no usar siempre la misma contraseña. Como mucho repito la misma dentro del mismo sistema pero en diferentes empresas siempre uso una diferente siempre. A veces utilizo contraseñas relacionadas para temas similares pero siempre hay algo diferente, aunque sea una letra o un número. Hasta tal punto llega mi pequeña obsesión que tampoco repito nunca pregunta y respuesta de las que hay que poner por si te olvidas la contraseña. Y por supuesto nunca pongo preguntas obvias como ¿a qué colegio fuiste? o ¿cómo se llamaba tu primera mascota?, porque eso sería adivinable por un buen investigador (ni que fuera yo Alicia Koplowitz, no es que mis contraseñas guarden los tesoros perdidos de los barcos españoles hundidos en la época de los piratas). Recuerdo que en alguna ocasión al registrarme en algún sitio extraño había que elegir entre cuatro o cinco preguntas obligatorias muy obvias y la respuesta que puse fue algo en plan “Ja Ja, a ti te lo voy a decir”. Tampoco me gusta que todos mis registros desemboquen en la misma dirección de e-mail y para evitarlo llegué a abrirme cinco cuentas de correo, cada una para un tipo distinto de uso: una para cosas serias, otra para registros de cosas chorras, otra para comprar, otra para publicidad… En fin, obviamente, he ido reduciendo el número y ahora sólo uso dos. Y, además, cada vez que me registro doy información falsa. Me invento mi nombre, fecha de nacimiento, incluso país de residencia. Sé que es absolutamente estúpido y que no hay nadie acechándome pero soy incapaz de unificar criterios. Y encima semejante paranoia se ve alimentada con noticias en la prensa como aquella de hace tres o cuatro meses en la que informaban que había habido un fallo de seguridad en “Second Life”, un juego on-line, por el que toda la información personal de muchos clientes había quedado expuesta, incluida la contraseña. En esos momentos me alegro mucho de tener una lista interminable de contraseñas de las que en ocasiones, no soy capaz de acordarme.

13.2.07

Pregunta indiscreta


Hombre experto en artes amatorias: "Una preguntaaa, sé que a lo mejor os parecerá raro, pero ¿por el agujero del pis se puede follar?"

Mujer 1 y 2: "¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿ ???????????????"

12.2.07

Queen Anne


Hoy me han hablado de una planta llamada “Queen Anne”, científicamente conocida como “Daucus Carota”, por lo que parece la zanahoria salvaje. Se trata de una planta cuyas semillas consiguen que no te quedes embarazada, según dos páginas web que he encontrado (ambas en Inglés) tiene una eficacia del 98%, más alta que el preservativo, que si no recuerdo mal estaba en torno al 96%. Parece ser que es un método abortivo porque lo que hace es impedir que el óvulo fecundado se implante en las paredes del útero y, en el caso de que ya se haya implantado, que se desprenda. Por lo que cuentan sería como una píldora del día después natural. Parece ser que hace por lo menos dos mil años que las mujeres llevan utilizando este método anticonceptivo. Se supone que hay que masticar las semillas para que liberen el aceite y después ingerirlas con agua o zumo. Una de las creadoras de las páginas ha evolucionado más su receta y deja las semillas macerar en vodka durante seis semanas y las mezcla con la flor de la planta. Dicen que no hay efectos secundarios, que no genera problemas de infertilidad posteriores.

Sencillamente, no soy capaz de emitir una opinión. Por supuesto, para empezar, está el tema moral. Cada uno tiene que saber las diferencias entre un método abortivo y uno que no lo sea para discernir si le parece ético o no. Pero en segundo lugar, vivimos en un mundo occidental tan acostumbrado a la química y a los medicamentos creados por el hombre que pocos confían en los remedios de herbolario. Yo nunca he confiado. Siempre que me ha dolido la cabeza me he tomado una aspirina. Mientras que Oriente no ha roto su relación con la medicina milenaria nosotros no hemos incorporado nada de lo anterior a nuestra medicina moderna. No sé si será un acierto o un error pero yo me siento mucho más segura en una consulta de un médico occidental que acaba de salir de la carrera que en la de un chino milenario. Y si cuando te pones a buscar información te encuentras con páginas como ésta se te quedan los ojos como platos. ¿Perejil y pastillas de vitamina C en la vagina para impedir el embarazo?

9.2.07

Mi sofá de Ikea


Mi sofá de Ikea no puede más. Después de los saltos que tuvo que sufrir sobre su pobre lomito en fin de año se ha quedado para el arrastre. Está totalmente combado y cada vez que alguien se sienta la mitad de los cojines se salen como por arte de magia haciendo incómodo el descanso y la vista (ver el sofá con los cojines mal puestos es insoportable – qué feliz sería yo sin haber heredado esta manía de mi madre). Yo lo quiero cambiar ya pero la prudencia me hace contenerme y valorar hasta que punto necesito un sofá nuevo si el problema es solucionable levantándote cada quince minutos a recolocar todo el tinglado. Además me he enamorado de un sofá caro. No quiero otro de Ikea, quiero uno caro, concretamente el de Hella Jongerius para Vitra. Es maravilloso. No he querido preguntar cuanto cuesta para que no me dé un infarto. Creo que no sería capaz de volver a comprar otro sofá de Ikea. Ni siquiera mañana que me regalan el 10% de mi compra en un vale. Es que cuando uno se encapricha con algo se pasa mal. Hace varios meses vi un salero y un pimentero en Zara Home superideales. Los miré con amor, les di la vuelta para ver el precio para descubrir que eran muy baratos (obviamente, no me iba a encontrar un precio digno de Philipe Starck estando en Zara Home pero estaban muy bien de precio) y pensé en comprarlos. Pero la vocecita de mi conciencia me recordó que ya tenía salero y pimentero y que no necesitaba ninguno, que era un gasto inútil por muy pequeño que fuera y que tenía que resistirme a la tentación. Dos meses después tuve que volver a Zara Home, volví a ver el salero y el pimentero y de nuevo me planteé comprarlos. Pero volví a ser dueña de mí misma y me contuve como si fuera una adulta (creo que según la sociedad ya soy adulta, esto sí que es un fastidio).

Un mes más tarde, ayer, llegué a casa para descubrir que alguien había roto el salero que teníamos. No me puse nada triste ya que nada más verlo hecho añicos en la encimera me acordé del de Zara y de lo mono que iba a quedar encima de mi mesa. Había sido fiel por rata, no por convicción. Toda contenta me he dirigido hoy a Zara dispuesta a llevarme el salerito y el pimentero incluso con algo de descuento teniendo en cuenta la época de rebajas en la que estamos. Peroooooo… se había agotado. Ha sido un duro shock. Sobre todo porque no hago más que pensar que tenía que haberlo comprado en su momento, que no tenía que haber sido tan cerebral. Y es que no he encontrado otro en Zara que me haya gustado. Y me he ido a Habitat con la vana ilusión de encontrar un salerito ideal allí. Pero tampoco. Me he acabado llevando uno que no me ha convencido, pero es que necesito un salero. Así que a partir de ahora estaré intranquila hasta que encuentre el salerito de mis sueños. Y cuando por fin lo encuentre y lo compre seré más consciente aún de la estupidez que cometí no comprando aquel primer salerito en Zara Home porque tendré uno de Habitat guardado en la estantería sin que nadie lo use y por el que he pagado la misma cantidad que quise ahorrar cuando evité la tentación. Vaya tontería. Moraleja: comprar por compulsión en ocasiones es recomendable.

8.2.07

Los euromillones


Supongo que toda persona que trabaje por necesidad juega a los euromillones / primitiva / bonoloto / lotería de vez en cuando (por lo menos la lotería de la Navidad) deseando que le toque para poder pasar del curro y dedicarse principalmente a vivir. Entiendo que una persona trabaja por necesidad cuando para mantener el ritmo de vida que él/ella considera necesario tiene que trabajar, ya sea por cuenta propia o por cuenta ajena. Pero desde este punto de vista hasta el Sr. Botín necesitaría trabajar para mantener su, supongo, trepidante ritmo de vida (los mejores trajes, los mejores restaurantes, las mejores casas, las mejores vacaciones, el mejor servicio…). O no. A lo mejor podría rascarse la barriga todo el día y dilapidar su fortuna tranquilamente sabiendo que incluso continuando con el superlujo al que está acostumbrado hasta pasados los cien años no se acabaría su botín. Pero a lo mejor sí que tiene que trabajar para poder seguir pagando sus megafacturas. Y si es así, ¿jugará el Sr. Botín a los euromillones? ¿Querría retirarse del banco el Sr. Botín? ¿Jugaría con la misma ilusión que el pueblo llano pensando en el barco o la casa que se compraría si ganara? Y sobre todo, ¿qué pasaría si ganara el primer premio de este viernes? (obviamente, suponiendo, ya que la que va a ganar el premio este viernes voy a ser yo, que nadie se haga ilusiones). Sería muy fuerte. Si los medios llegaran a enterarse ¿se montaría una gran manifestación en la ciudad financiera de los trabajadores reclamando un premio que legalmente le correspondería a él pero moralmente no? Porque ¿qué pasaría si la próxima Navidad mi jefa ganara la lotería y yo no? Tengo que reconocer que me sentaría fatal. Porque según mi criterio ella no lo necesita y yo muchísimo. Claro que a la persona que tiene la mitad de sueldo que yo le parecerá fatal que me toque el euromillón este viernes. Yo por lo menos prometo contribuir a la sociedad montando una empresa con guardería, participaciones en los beneficios, horarios flexibles, posibilidad de trabajar desde casa, gimnasio y piscina para relajarse antes o después de trabajar además de promociones internas y posibilidades de formación continua.

7.2.07

Los taxistas


En mi no tan larga relación con los taxistas me los he encontrado de muchas clases, la mayoría silenciosos y fieles seguidores del Sr. Herrera pero también parlanchines y agradables y sólo un par de ellos imposibles: ambos unos prepotentes estúpidos, uno de ellos además machista que me quería llevar al trabajo desde casa por la calle de los colegios a la hora en la que entran los niños a clase y todas las madres desocupadas o con horarios flexibles creen que el coche se puede dejar en tercera fila con tal de no tener que andar por la calle de la mano de sus pequeñas réplicas. El otro fue otro prepotente, éste no creo que fuera machista, que me llevó por el camino más largo. Ese día decidí que siempre que estuviera en Madrid le diría al taxista el camino por el que ir. Por esta razón choqué con el primer taxista, porque quería llevarme por donde a él le daba la gana. Aunque hubiera querido pasar por Burgos para ir de Sol a Atocha, no era su problema.

Pero a pesar de ese par de incidentes defiendo a los taxistas de Madrid. No los cambiaría por los de Milán. En primer lugar porque los de Milán no saben conducir sin que te marees. Parece ser que su única preocupación es frenar y acelerar tanto como para gastar el depósito entero en cada carrera además de no entender que cuando uno rueda por una calzada antigua debe desacelerar en pro de la comodidad de los ocupantes del vehículo. Además les encanta que subas tú personalmente las cosas en el maletero. No hay un solo taxista de Madrid que no me haya subido las maletas/bolsas al maletero y en Milán sí he tenido que hacerlo personalmente por lo menos el treinta por ciento de las veces que he cogido un taxi llevando equipaje. Y además algunos de ellos intentan ligar asquerosamente dando palmaditas en el asiento de delante cuando ven que te tienes que sentar ahí ante mientras sonríen lascivamente como Alfredo Landa en su época dorada. Casi vomito. Además, como en Milán no tengo ni idea del camino a seguir cada día es una aventura. Nunca sabes si vas a tardar quince minutos o media hora, si va a costar diez euros o casi veinte. Pero el otro día me llevó un taxista milanés al aeropuerto superideal que hasta me subió las maletas al carrito. Ojala todos fueran así. Me pareció uno de los gestos más bonitos que había visto de gente desconocida en mucho tiempo. Me gustan esos gestos. Hacen que vuelvas a confiar en la bondad humana. Tendríamos que esforzarnos más por ser amables e intentar ayudar a la gente que no conocemos, aunque sea con un gracias, un buenos días (que alguien le diga al portero de mi oficina ya que es un estúpido, por favor – de verdad que he hecho mil intentos de normalizar los saludos pero si yo no digo nada antes, bajo ningún concepto, pase lo que pase, él no habla, hace como si no le viera– el otro día volví a subir las escaleras con mil cosas y de nuevo me ignoró – le habría tirado el portátil a la cabeza) o un gesto amable.

5.2.07

¿Cómo superar una ruptura sentimental?

----------
---------
Regla número 1: Darte un tiempo limitado para llorar y regodearte y sentir que la vida te ha traicionado. Yo recomiendo una semana pero para relaciones largas habrá gente que necesite más. Personalmente creo que fijar el límite más allá del mes es demasiado.



Regla número 2: Pasado ese tiempo de autocompasión, llorar y estar de mal humor está prohibido. Hay que esforzarse en estar bien y tener la moral bien alta. Hay que quererse mucho, no pensar que ha sido por culpa de uno porque en una pareja siempre hay dos y ambos cometen errores. No hay que acordarse de las circunstancias externas que no ayudaron en la relación y que incluso la deterioraron. Una pareja debe ser lo suficientemente fuerte como para aguantar y superar toda clase de problemas.



Regla número 3: Salir y conocer gente. Por supuesto no dar de lado a los amigos de siempre, pero sin dejar de estar abierto a otro tipo de gente, ya sean del sexo que te atrae o de otro. Siempre viene bien ampliar círculos, conocer otros puntos de vista, además de ofrecerte la posibilidad de conocer otra gente a través suyo.



Regla número 4: Jamás, en ningún momento y bajo ninguna circunstancia, contactar con tu ex (obviamente, salvo que haya habido alguna desgracia personal grande). Si él se empeña en contactar explicarle/la que lo mejor es no tener contacto.



Regla número 5: Ponerte y sentirte guapo/a cada día.



Regla número 6: Sonreír mucho. Al principio será difícil, pero luego sale natural.



Regla número 7: Nunca, jamás, pase lo que pase, olvidar que la siguiente relación importante, como siempre, será mejor que la anterior. Nunca olvidar que se estará mejor que antes, que la vida volverá a ser de color rosa y que lo malo dura muy poquito.

¿Y por qué publicar esto hoy?

Razón: Alguien dio con mi blog buscando consejos sobre cómo superar una ruptura sentimental y no los encontró. Quiero que la siguiente persona que busque lo mismo los encuentre.
--------
---------

No puedo más



je ne t'aime plus mon amour (ya no te quiero mi amor)
je ne t'aime plus tous les jours (ya no te quiero todos los días)
je ne t'aime plus mon amour (ya no te quiero mi amor)
je ne t'aime plus tous les jours (ya no te quiero todos los días)
je ne t'aime plus mon amour (ya no te quiero mi amor)
je ne t'aime plus tous les jours (ya no te quiero todos los días)
je ne t'aime plus mon amour (ya no te quiero mi amor)
je ne t'aime plus tous les jours (ya no te quiero todos los días)
parfois j'aimerais mourir tellement j'ai voulu croire (a veces me gustaría morir he querido creer tanto)
parfois j'aimerais mourir pour ne plus rien avoir (a veces me gustaría morir para no volver a tener nada)
parfois j'aimerais mourir pour plus jamais te voir (a veces me gustaría morir para no volver a verte jamás)
je ne t'aime plus mon amour (ya no te quiero mi amor)
je ne t'aime plus tous les jours (ya no te quiero todos los días)
je ne t'aime plus mon amour (ya no te quiero mi amor)
je ne t'aime plus tous les jours (ya no te quiero todos los días)

parfois j'aimerais mourir tellement y a plus d'espoir (a veces me gustaría morir no queda casi esperanza)
parfois j'aimerais mourir pour plus jamais te revoir (a veces me gustaría morir para no volver a verte nunca)
parfois j'aimerais mourir pour ne plus rien savoir (a veces me gustaría morir para no volver a saber nada)
je ne t'aime plus mon amour (ya no te quiero mi amor)
je ne t'aime plus tous les jours (ya no te quiero todos los días)
je ne t'aime plus mon amour (ya no te quiero mi amor)
je ne t'aime plus tous les jours (ya no te quiero todos los días)

je ne t'aime plus mon amour (ya no te quiero mi amor)
je ne t'aime plus tous les jours (ya no te quiero todos los días)
je ne t'aime plus mon amour (ya no te quiero mi amor)
je ne t'aime plus tous les jours (ya no te quiero todos los días)

P.D.: No es que esté en fase de JE NE T’AIME PLUS MON AMOUR, es que esta canción me ha encantado siempre, independientemente de mi estado de ánimo.

Por fin


Por fin otra vez de vuelta en Madrid, con el jamón serrano, mi cama, mi casa, mi lavadora, mi fin de semana cada cinco días. Sobre todo eso, el fin de semana. Necesito que llegue ya el fin de semana. Después de catorce días trabajando sin parar estoy deseando que pasen estos cinco días que me quedan por delante para el viernes por fin poder descansar, no volver a mirar el ordenador en todo el fin de semana, no pensar en trabajo, trabajo y más trabajo y sobre todo en esos millones de papeles que me esperan encima de mi mesa a ser despachados u ordenados.

Poco a poco me voy enterando de lo que ha pasado en España mientras he estado fuera (porque allí no tengo tiempo ni para enterarme de nada) y hasta ahora lo que más me ha impactado es la revolución que hay montada con la subida de las tarifas de Movistar, Vodafone y Orange. Me parece increíble que en uno de los países europeos donde la telefonía móvil es más cara las operadores opten por subir las tarifas después de una sentencia que les condena por tomarnos el pelo a todos los usuarios. Mañana mismo llamo a Yoigo.

También me ha parecido impresionante el horroroso vestido que llevaba Penélope Cruz en los premios Goya. Era súpersoso, le quedaba regular, el escote y el corte no le favorecían demasiado y encima se lo puso con un abrigo tres cuartos. Penélope, la próxima vez que lleves vestido largo o te lo pones con un abrigo igual de largo que el vestido o si no con una chaqueta o una estola o cualquier cosa similar. Por cierto, a pesar de que no me caiga demasiado bien, me alegro mucho por ella de que la hayan nominado al Óscar a la mejor actriz.

Y para terminar, me parece muy fuerte que el presidente del banco mundial lleve tomates en los calcetines. ¿Es por cutrerío, por vaguería, por dejadez, por desinterés? No lo entiendo sea por lo que sea.